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Tengo un trauma desde niño con las mujeres de pelo corto. Yo estudié kinder, primaria, secundaria y preparatoria en dos escuelas que tenían algo muy en común: Eran colegios católicos.

Actualmente no hay mucho pedo, pero entiendan por favor que yo fui niño en los años ochentas y las putas monjas eran las desgraciadas que daban clases. Ah, el que los alumnos las llamáramos monjas les encabronaba mucho más que si nos estuviéramos limpiando la cola con la anta biblia. Entre ellas se decían Hermanas del Verbo Encarnado, lo cuál era para nosotros altamente bizarro porque ellas mismas, cuando las interrogábamos sobre sus esposos o hijos, nos decían que estaban casadas con el verbo encarnado. Así es, como ustedes lo leyeron: Todas ellas eran hermanas y su esposo era su hermano, el verbo encarnado... para un escuincle de 7 años que se la pasaba viendo patoaventuras eso era un MINDFUCK con letras mayúsculas.

Pero fuera del incesto y las orgías con sangre, las monjas eran unas hijas de puta a las que teníamos que temer. Imagen bastante hipócrita para seres que supuestamente echan amor y bondad hasta cuando van a cagar. Si tenías la mala suerte de llevar clases con una monja como maestra tenías que prepararte para los castigos más humillantes y dolorosos, cosa que no pasaba con las maestras que no eran monjas. Ahora bien, las monjas no andaban con su vestimenta todo el tiempo, de hecho se vestían como seres normales... ¿Entonces cómo sabíamos si la persona que daba clases en tercer año era maestra o monja? Fácil, por el cabello corto. Y ciertamente al final salió muy contraproducente que mis padres me hubieran elegido un colegio de monjas para desarrollarme y esperar a que creciera con el espíritu católico, creo que de haber estudiado en una escuela pública y estar lejos de todos los absurdos con los que tenía que lidiar a diario, sería tal vez un católico promedio. O no lo sabremos nunca. Queridos lectores, los invito a realizar el siguiente ejercicio de memorización para que en un futuro sepan identificar a una monja de incógnito con facilidad.