Te conocí por tus silencios. Hace ya casi una década, en aquel curso aburrido que solamente nos succionaba el alma. Eras de las personas apartadas que casi no hablaban con nadie. Al principio pensé que era soberbia pero aprendí que no era más que timidez. Te empecé a frecuentar por casualidad y después, por compromiso. Coincidíamos aquí y allá, resultaste tener amistad con el amigo de un amigo. No me caías bien, no lo sé, tal vez por la escasa seriedad con la que te tomabas las cosas, por la facilidad con que fracasabas una y otra vez en cuestiones que para mi eran de importancia.
Con el tiempo logré ver que el soberbio era yo por pensar así, que cada vez que fracasabas te volvías a levantar con una facilidad digna de envidiar. Pero no, nunca te fue fácil, al menos no te costaba menos trabajo que a cualquier otra persona. Te fui conociendo por tu aparente calma, tu sinceridad que al principio confundí con descaro y cinismo de lo peor. Verás, sucede que en la vida nos enseñan a mentir, a escondernos con el pretexto de "suavizar" las cosas para nosotros mismos y para los demás pero contigo pude entender muchos de los engaños en que había vivido. Nuestros padres nos maleducan ¿qué le vamos a hacer? Debo reconocerlo: se que a mi mismo me será difícil ser tan honesto con mis propios hijos como quisiera que la gente y mis padres lo hubieran sido conmigo. Es... un temor irracional que nos corroe por dentro, un abismo sin fondo en el que se enredan nuestras raíces. Hay que ser valiente para quitarse la máscara, es irónico que quien lo hace muchas veces nisiquiera se da cuenta mientras que los que presumen de ello normalmente no son más que mentirosos. Lo que más odio es cuando te engañan, cuando te convencen y engatusan y, sin darte cuenta, terminas actuando como ellos. Válgame, la gente dice y hace tantas tonterías...
Tendrás que perdonarme por dramatizar pero el mundo está lleno de idiotas y perversos, monstruos y demonios que difícilmente se acercan con algún fin distinto al de aprovecharse de uno. Hay que tener siempre los ojos bien abiertos. Lo sé por que me ha pasado pero no me hagas caso, yo he vivido protegido en una burbuja, para bien o para mal. Mientras he visto como a ti te destrozan una y otra vez. Nunca has dicho nada, nunca te has quejado. Antes me preguntaba si eras capaz de hacerlo pero ahora sé que es tu forma de ser. Todos tenemos un poquito de lodo dentro. Me gusta pensar que es tu superpoder, el saber no tomarte las cosas a mal, el buscar lo bueno hasta encontrarlo.
Después te conocí por tus excesos, tus múltiples parejas, tu miedo oculto que poco a poco alcanzo a distinguir. No te lo tomes a mal, solamente es señal de que eres un ser humano. Vulnerable. Me has llevado de la mano a lugares terribles. Sé que es gracias a la fuerza más increíble y benevolente del universo que siempre hemos salido ilesos pero, en el fondo, sé que también se debe a ti.
Algunas veces he escuchado decir que los héroes no existen en la vida real, que nadie es desinteresado, que aún los mártires obtienen la satisfacción de hacer las cosas a su manera. Todos somos egoístas, es la verdad. Pero ¿sabes una cosa? los héroes si existen, aunque muchas veces ni ellos mismos lo saben. Son personas como tú o como yo que , muchas veces sin proponérselo, hacen algo mágico por los demás. Y tú, tú eres al menos capaz de amar. Lo he visto en tus ojos y en tu sonrisa. Tengo la certeza de que no eres como la demás gente, únicamente un remolino que es capaz de hacer y deshacer pero en el centro no tiene nada, no es más que un vacío sin sentido.
Creo que... creo que... la verdad no sé muy bien como seguir, se me cortan las palabras, se me hace un nudo entre la cabeza y el corazón. Aprendí mucho gracias a ti. De todas las personas que he conocido en mi vida eres la única que tiene idea de lo que habla. No sabes lo mucho que tus palabras me han sacudido.
Me has cambiado la vida.
Solamente quiero que sepas una cosa. No, no digas que está bien, que ya lo sabes. Por favor, lo necesito. Lamento no conocer palabras más poderosas.
Iría contigo hasta al infierno mismo.