Queridos colegas:
No hago esto con fines de lucro, ni tampoco para el beneficio de terceras personas o para perjudicar a mi prójimo. Lo hago con fines de pura satisfacción propia y paz mental... Espero comprendan y no condenen mis acciones luego de leer esta carta. Pido una disculpa con antelación por cualquier problema que les pueda causar y si todo sale según lo planeado, que este documento firmado por mí sirva para hacerme totalmente responsable de cualquier problema que a ustedes les pueda acarrear.
Hay un evento en mi vida que aún me produce las peores pesadillas y las más largas noches de insomnio. Ocurrió hace treinta años, un frío sábado de Octubre del año dos mil nueve, cuando yo tenía apenas veinticuatro años de edad. Visitaba a mi abuela en su hacienda con el resto de mis hermanos. Mi abuelo estaba relacionado con el narcotráfico y recientemente había desaparecido. Yo fui y soy el único hasta la fecha que sabe sobre los "negocios" que tuvo el abuelo mientras vivía.
Me desperté a mitad de la noche sintiendo asfixia, por unos momentos sentí que iba a morir ahogado y me levanté de la cama. Eran las tres y media de la mañana, y lo que me gustaba de la hacienda de los abuelos era el aislamiento y la falta de electricidad, las estrellas y la luna siempre se veian impactantes y como pensé que el aire me ayudaría, me decidí a salir a tomar aire fresco.
Fue entonces que lo vi. Apenas a unos metros de mi dormitorio estaba en el suelo, boca arriba, los despojos de un ser humano. La escena era por demás impactante, la persona no era más que huesos, y órganos en un charco de sangre... ¡Y aún estaba vivo! Sus ojos me veian y entre el shock pude notar cierto reconocimiento. Sus órganos, tanto pulmones como corazón, parecían tener movimiento propio hasta que, por la falta de sangre debo suponer, finalmente murió. Todo eso pasó en apenas segundos, pero para mí fue una eternidad. Después de recuperarme lo primero que pasó por mi mente fue que esta persona era mi abuelo, y que lo habían matado por venganza. Semanas después supe que no lo era porque el abuelo apareció vivo, pero en esos momentos sin pensar claramente creí que si lo era, e instintivamente y para proteger su secreto, decidí deshacerme de sus restos. No era como si pudiera simplemente cargar todo y tirarlo a un hoyo, estaba tan deshecho que los restos tendrían que ser recogidos con una pala... excepto que una pala hubiera sido demasiado ruidosa y podría haber despertado a alguien. No tuve más opción que cargar todo en montones con mis propias manos desnudas. Hasta esa fecha habría visto montones de películas de horror pero nunca nada me había preparado para ver estas cosas en vivo, cargarlas, apretarlas y derramar los fluidos por accidente. Cuando cargué el cráneo pude notar que le faltaban todos los dientes de enfrente... ¿Acaso golpearon al abuelo antes de hacerle esto? ¿Y cómo lo hicieron? ¿Cómo le hicieron esto y aún lo dejaron con vida unos segundos? ¿Dónde está el resto de su piel y sus músculos? Esas fueron las primeras dudas que me atacaron y que hasta la fecha ni yo mismo ni mis estudios a lo largo de estos años hemos podido responder.
Todo quedó inmaculado al amanecer, como toda mi ropa se manchó de sangre y fluidos corporales desconocidos hasta esa fecha para mí, tuve que caminar desnudo desde el foso donde arrojé todo hasta mi habitación. Cualquier persona que me hubiese visto me hubiera tirado a un manicomnio para jamás dejarme salir. Y no se equivocaban en absoluto, pues desde ese día he tenido las pesadillas más terribles que seguro volverían loco a cualquier hombre cuerdo.
Semanas después apareció el abuelo, las circunstancias de su desaparición y reaparición no son de importancia para ustedes. Lo importante es que ahora mi misterio se hacía más grande... ¿Quién o qué era esa cosa horrible en el hilo de la muerte que apareció aquella madrugada? Busqué en los periódicos por personas desaparecidas, incluso le pregunté al abuelo si alguno de su otra familia había desaparecido o lo creian muerto pero no hubo respuesta. Y desde no saber de quién eran los restos que aquella noche enterré, la duda y la curiosidad me fueron matando cada vez más y más.
Como saben, esto por fin me va a permitir descubrir tal misterio que me ha estado envenenando con un insomnio casi perpetuo. De nuevo les pido disculpas si esto les causa algun problema, si todo sale bien les pido su más alta discresión, no dejo familia tras de mi ni nadie que realmente me busque o me extrañe. Gracias y mucho éxito con el resto de sus proyectos.
Hay un evento en mi vida que aún me produce las peores pesadillas y las más largas noches de insomnio. Ocurrió hace treinta años, un frío sábado de Octubre del año dos mil nueve, cuando yo tenía apenas veinticuatro años de edad. Visitaba a mi abuela en su hacienda con el resto de mis hermanos. Mi abuelo estaba relacionado con el narcotráfico y recientemente había desaparecido. Yo fui y soy el único hasta la fecha que sabe sobre los "negocios" que tuvo el abuelo mientras vivía.
Me desperté a mitad de la noche sintiendo asfixia, por unos momentos sentí que iba a morir ahogado y me levanté de la cama. Eran las tres y media de la mañana, y lo que me gustaba de la hacienda de los abuelos era el aislamiento y la falta de electricidad, las estrellas y la luna siempre se veian impactantes y como pensé que el aire me ayudaría, me decidí a salir a tomar aire fresco.
Fue entonces que lo vi. Apenas a unos metros de mi dormitorio estaba en el suelo, boca arriba, los despojos de un ser humano. La escena era por demás impactante, la persona no era más que huesos, y órganos en un charco de sangre... ¡Y aún estaba vivo! Sus ojos me veian y entre el shock pude notar cierto reconocimiento. Sus órganos, tanto pulmones como corazón, parecían tener movimiento propio hasta que, por la falta de sangre debo suponer, finalmente murió. Todo eso pasó en apenas segundos, pero para mí fue una eternidad. Después de recuperarme lo primero que pasó por mi mente fue que esta persona era mi abuelo, y que lo habían matado por venganza. Semanas después supe que no lo era porque el abuelo apareció vivo, pero en esos momentos sin pensar claramente creí que si lo era, e instintivamente y para proteger su secreto, decidí deshacerme de sus restos. No era como si pudiera simplemente cargar todo y tirarlo a un hoyo, estaba tan deshecho que los restos tendrían que ser recogidos con una pala... excepto que una pala hubiera sido demasiado ruidosa y podría haber despertado a alguien. No tuve más opción que cargar todo en montones con mis propias manos desnudas. Hasta esa fecha habría visto montones de películas de horror pero nunca nada me había preparado para ver estas cosas en vivo, cargarlas, apretarlas y derramar los fluidos por accidente. Cuando cargué el cráneo pude notar que le faltaban todos los dientes de enfrente... ¿Acaso golpearon al abuelo antes de hacerle esto? ¿Y cómo lo hicieron? ¿Cómo le hicieron esto y aún lo dejaron con vida unos segundos? ¿Dónde está el resto de su piel y sus músculos? Esas fueron las primeras dudas que me atacaron y que hasta la fecha ni yo mismo ni mis estudios a lo largo de estos años hemos podido responder.
Todo quedó inmaculado al amanecer, como toda mi ropa se manchó de sangre y fluidos corporales desconocidos hasta esa fecha para mí, tuve que caminar desnudo desde el foso donde arrojé todo hasta mi habitación. Cualquier persona que me hubiese visto me hubiera tirado a un manicomnio para jamás dejarme salir. Y no se equivocaban en absoluto, pues desde ese día he tenido las pesadillas más terribles que seguro volverían loco a cualquier hombre cuerdo.
Semanas después apareció el abuelo, las circunstancias de su desaparición y reaparición no son de importancia para ustedes. Lo importante es que ahora mi misterio se hacía más grande... ¿Quién o qué era esa cosa horrible en el hilo de la muerte que apareció aquella madrugada? Busqué en los periódicos por personas desaparecidas, incluso le pregunté al abuelo si alguno de su otra familia había desaparecido o lo creian muerto pero no hubo respuesta. Y desde no saber de quién eran los restos que aquella noche enterré, la duda y la curiosidad me fueron matando cada vez más y más.
Como saben, esto por fin me va a permitir descubrir tal misterio que me ha estado envenenando con un insomnio casi perpetuo. De nuevo les pido disculpas si esto les causa algun problema, si todo sale bien les pido su más alta discresión, no dejo familia tras de mi ni nadie que realmente me busque o me extrañe. Gracias y mucho éxito con el resto de sus proyectos.
Atentamente,
Ing. Joaquín Cortés López
Ing. Joaquín Cortés López
EPÍLOGO
Joaquín, al terminar de leer por segunda vez su carta de justificación/disculpas/despedida, decidió quemarla. Era otra de esas decisiones que había tomado apresuradamente por la falta de juicio debido a su condición, se preocupó de más por si alguno de sus colegas decidía perseguirlo y así arruinaba todo. Caminó directo a lo que llamaban "El Portal" y se ajustó fuertemente los arneses. "El Portal" funcionaba haciendo girar al sujeto para, por medio de colisiones de partículas descubiertas hace apenas unos años, transportarlo a través del espacio y -como Joaquín recién había descubierto esa misma semana- a través del tiempo. Su plan era viajar él mismo unos minutos antes de que él mismo despertara en aquella hacienda para buscar a los culpables que dejaron a aquella víctima anónima que lo había tenido obsesionado tantos y tantos años, arrastrándolo al borde de la locura.
Al comenzar el primer ciclo, Joaquín comenzó a sentir un dolor extremadamente punzante. Para poder aguantar mordió uno de los soportes con tal fuerza que sus dientes frontales salieron volando. Fue ese mismo hecho que lo iluminó y que por fin le hizo ver la verdad, pero era demasiado tarde y al estar solo, la máquina no podía detenerse. El segundo ciclo inició y por el dolor -o tal vez por darse cuenta de la ironía- lágrimas comenzaron a correr por su rostro, mezcándose con la sangre de su boca. Su piel comenzó a ser arrancada a tirones seguidas por trozos de sus músculos. La falta de párpados hizo que una luz lo encegueciera y por unos instantes todo fue negro.
Despertó viendo hacia un techo color amarillo, no sentía más dolor pero sí una asfixia que solamente había sentido una vez en su vida... El mismo día en el que estaba ahora. Poco a poco estaba muriendo, pero se sintió feliz por haber resuelto el misterio. Al menos la felicidad le duró hasta ver al jóven que se acercaba hacia él, fue entonces que todo se convirtió en un horror absoluto al darse cuenta que estaba a punto de cargar con los restos de sí mismo y peor aún, que ese mismo jóven estaba condenado a sufrir otra vez su mismo destino e irremediablemente iba volver a lo mismo una y otra vez.