Se dice que la paciencia es no dejarse dominar por las circunstancias. Por ello se le relaciona con el autocontrol y se le pone en términos de ¿qué prefieres: una recompensa instantánea pero mediocre o una que requiera esperar pero sea más significativa? Debo admitir que la paciencia es una de mis debilidades. Para empezar, si queréis ganaros mi confianza lo único que tenéis que hacer es tenerme paciencia, no desesperar y escuchar todas las gilipolleces que tengo que decir. Mis amigos deben saber que yo también soy muy bueno para tenerles paciencia, realmente aguanto muchas cosas y las veces que se me acaba la paciencia generalmente amerita terminar la amistad. Por ello uno de mis grandes defectos es que, al relacionarme, me cuesta mucho trabajo distinguir quien si vale la pena y quien no. Por eso he optado por no apresurar las cosas y esperar, hay que tener paciencia.
Hace muchos años conocí a una persona que me cayó muy bien. De esas veces que no sabes bien el motivo pero te identificas con alguien y nunca se te acaba la plática. Quizá se debía a que no nos veíamos muy seguido, detalle que es muy fácil no tomar en cuenta. Nos fuimos conociendo y nunca dejó de resultarme interesante su compañía, creo que fue un caso algo irracional (hey, las relaciones humanas son SIEMPRE irracionales) porque me era imposible dejar de ofrecerle mi plena disposición y tiempo. Ignoro si a eso es lo que se refieren con el término "platónico" pero creo que encaja. Yo esperaba que con el tiempo, si bien no llegáramos a descubrir que seríamos almas gemelas o algo así de cursi, si al menos la relación y la confianza avanzara para algún lado. Pero no sucedió. La persona en cuestión comenzó a apartarse y ensimismarse, a refugiarse de no se qué en no sé bien donde. Puede sonar confuso o vago, lo sé, pero si lo han vivido estoy seguro de que lo entenderán. Han pasado ya un par de años de que casi no nos vemos, yo siempre mantuve el contacto de una forma u otra porque realmente tenía el interés, hasta hace relativamente poco que me di cuenta que no era correspondido y que esto no iba para ningún lado. Se me acabó la paciencia.