Nov 11, 2009

Saluuuuuuuuuuuuuuuud!



Ah, las borracheras...

La verdad me gusta el alcohol, es bastante agradable tomar con los amigos. Quieran o no, el alcohol es un "rompehielo" magnífico, puesto que por lo general en cualquier reunión a medida que pasa el tiempo se consume más alcohol y para cuando pasaron ya unas 2 o 3 horas, ya todo mundo está platicando con todos y de ahí se conocen.

Claro, no estoy diciendo que el alcohol sea necesario para socializar, pero de que es un apoyo maravilloso, lo es. Para poner un claro ejemplo, ahí está la primera twitter peda a la que fui (aclaro que es la primera a la que fui, mas no la que hubo), ya venía de una fiesta previa en casa de @RicardoPullet y con varias copas encima, para cuando llegué (de milagro) a casa de @kwz todos me saludaron. En cualquier escenario en el que yo hubiera estado sobrio, hubiera llegado, saludado, contestar tal vez algunas preguntas y ya, nada de comentarios espontáneos, no en un rato al menos. Pero dada mi situación ese día, llegué con la pura actitud estúpida ganadora y pues empecé a hablar y a convivir agusto, no sé (o más bien no recuerdo) si habré dicho pura estupidez, pero al menos no tardé tanto en socializar.

Ahora, lo que me caga de las borracheras son dos cosas:

1. Los morritos que se quieren sentir grandes tomando alcohol hasta ponerse estúpidamente ebrios, claramente sin objetivo alguno más que verse ya como todos unos "adolescentes". No tienen ni idea de lo que están haciendo, pero ah! cuando se los cuente a todos sus amigos, y todas las veces que vomitó, y que si se rompió algo en una caída estando completamente borracho, la cruda al día siguiente, etc.

2. Los fresas y sus pedas de cada fin de semana. Muy similar al caso de los morritos de mi punto anterior (vamos, no puedo esperar mucho considerando su edad cerebral de 12 años -_-), solo que ellos no lo hacen para verse grandes, sino para verse "cool". Además ellos no lo hacen una vez, NO! Ellos lo repiten cada fin de semana, contando más pendejadas (y más pendejas!), de como le hablaron a su ex para decirle de todo, de cuantas botellas se acabaron, de como se madrearon con otro pendejito, etc...

A final de cuentas, supongo que el "Nada con exceso, todo con medida" no debería de aplicar siempre, una que otra borrachera viene bien de vez en cuando.