Nov 14, 2009

#borrachera




Les voy a narrar una de mis borracheras. No es la primera, ni la más memorable, ni la más épica... Sin embargo la considero de las más estúpidas.

Tristemente para contarla debo confesarles que yo fui chavito de antro: Cada fin de semana ahí me tenían en los antros de moda. No por gusto realmente, si no porque la gente con la que en ese tiempo me juntaba mamaban mucho el ambiente de los antros.

Ibamos en bolita, pedíamos mesa y normalmente pedíamos de las bebidas más caras. En esa ocasión en especial la razón principal por la que me puse estúpidamente borracho fue porque fui el que más pagó por las botellas, y como buen tacaño que soy iba a aprovechar mi dinero al máximo. Tomé como un idiota, una tras otra tras otra tras otra. Y entonces comenzó...

Tenía un celular de esos viejísimos que si les metías un código hasta escuchabas conversaciones telefónicas y de pronto, viendo el celular, pensé... "Quiero llamar a la chava que me gusta y decirle que quiero todo con ella... pero no, no debo... no en este estado". Acto seguido, le digo a El Ciego: "Weeey, cuídame mi celular... no mames, no quiero hacer una pendejada de marcarle a una chava que me gusta mucho así como ando, creo que ya se me subió un chingo".

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Tengo el teléfono en la mano, estoy en el baño de hombres sentado en la taza, le marco a la chava que me gusta y se me ponen los nervios de punta. Me llevo una mano a la cara y la siento completamente adormecida. Contestan el teléfono y escucho una voz bajita. Por la música no escucho nada y comienzo a gritarle como loco y me desespero porque no le escucho nada. Me pongo a chillar.

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Estoy frente al espejo del baño y tengo los ojos rojos, no sé el porque. Me regreso según yo caminando lo más derecho posible a nuestra mesa pero la verdad es que me iba tambaleando y chocando con medio mundo. Noto que El Ciego es el único en la mesa y otra vez le doy el celular para que me lo guarde. Me dice que Alan Tacher está en el antro y mi reacción es rayarle la madre: "Cómo serás pendejo pinche CIEGO, ¿Qué me crees estúpido o qué? ¿Qué va a andar haciendo ese cabrón en este pinche rancho? ¡Chinga tu madre por mentiroso, cabrón!" Me volví a servir y como ya no había con qué mezclar, me la tomé sola.


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El antro en cuestión tenía un puentecito de madera en la parte de afuera. De pronto estaba ahí con el celular otra vez en la mano y le volví a marcar a la chava. Me contestó su hermana y me dijo que se había quedado en casa de su abuelita y no se había llevado el celular. Que si yo había marcado hace rato porque no se escuchaba nada y le dije que no. Le cuelgo y me siento bien mierda, me regreso a la mesa a seguir tomando y en la pista de baile veo a Alan Tacher rodeado de un chingo de viejas con la luz sobre de él. Volteo a ver a El Ciego que seguía en la mesa y le pedí perdón llorando porque no creí lo que me había dicho. Le dije que ya había visto a Alan Tacher con mis propios ojos y que no lo podía creer, que deberíamos de bajar a pedirle su autógrafo. El Ciego se puso a reir y seguimos tomando.

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Le digo a El Ciego que vayamoa a la pista de baile a madrearnos a Alan Tacher. El Ciego, la voz de la razón, me dice que me quede sentado, que no la haga de pedo, que ya casi nos ibamos. "Pinche Alan Tacher" -dije. "¡CHINGAS A TODA TU REPUTA MADRE CABRÓN!" -Le grité asomándome por el barandal del segundo piso en el que estábamos.

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Estoy afuera del antro sentado en la banqueta y hace un frío de la chingada. Tengo los zapatos vomitados y un amargo sabor en la boca Tenía la botella que prácticamente yo pagué solo en mi mano. Veo en mi celular que es tardísimo y que mi cuate el que nos traia estaba esperando a que se "me bajara" porque no queria que le vomitara el interior de su coche. En eso veo salir a una bola de gente y El Ciego le dice a La Chinche: "Mira wey, ahí va el Alan Tacher, te dije que aquí andaba". Nada más escuché eso y me paré de la banqueta y anuncié: "Le voy a partir toda su madre" nada más me escucharon y los dos cabrones se fueron sobres de mí deteniéndome hasta que la bolita de gente con Alan Tacher se fue.

Después de eso todo transcurre normal. Nos subimos al coche, me quedo dormido, me despiertan en la casa, subo a mi cuarto y me meto a Internet a chatear pedo con quien estuviera en línea. En este caso una amiguita que acababa de conocer y era bien fan del anime, el manga, los videojuegos y las desveladas en Internet. Le dije que le había partido su madre a Alan Tacher y me respondió con pura risa. Enojado por la respuesta de incredulidad recibida apagué la computadora y me fui a dormir.

Me le declaré a la chava que le había marcado dos años después, sobrio y frente a frente. Me botó. Solo en otra ocasión más me dieron lagunas mentales por tomar demasiado y acabé fornicando en la calle. A la fecha ya no le hablo a esos dos pendejos como antes. Y más importante, estoy segurito que de haberme acercado lo suficiente le hubiera partido toda su madre a Alan Tacher y le hubiera hecho un favor a la televisión mexicana.