Este texto lo tenía en una libreta y lo rescaté hace poco. Sí, está bien cursi... anyways, hay que entrarle a todo:
Ya sé para qué son los silencios incómodos, son una preparación, son un tiempo de espera, son una mentalización. Son para dejarme llevar por esas ansias de empezar algo que no me arriesgo a pronunciar. No es lujuria, son ganas de sentirte de la manera más torpe e inocente. Inocencia como la de una niña, así me haces sentir. Como una mocosa abrumada cuyos pensamientos sin congruencia huyen a tu llegada. Te observo. Mientras más te observo, más nerviosa me encuentro. Dime de una vez con que estás cebando mi alma porque comienza a pedir más. Ya no me es suficiente solamente tenerte cerca y dejarme paralizar por tu presencia. Aunque a decir verdad, estoy disfrutando cada segundo de este suplicio, luego recapacito y quiero que acabe de una vez. No puedo pensar cuando estás y cuando te vas pienso demasiado. Los suspiros que ocasionas son agujeros en mi pecho que lleno con todo el aire perfumado a ti, perfumado a todo lo que te haría y no me atrevo. No me importa el futuro o lo que podría resultar, solo quiero saber que sientes aunque sea un poquito nada más, un poquito de todo lo que me pasa. Quiero saber que estoy loca y tú, un tanto loco conmigo.