Pues el tema de esta semana lo he sugerido yo. Por fin pude decir eso y tambien afirmar que he comprobado que el misterioso algoritmo de temas pipotuiteros funciona como se me dijo alguna vez. No solo tengo la suerte de haber elegido este tema sino también me tocó ponerle como título la letra de una canción de Enrique Iglesias, garantía indiscutible de calidad.
La verdad tenía planeado escribir muchas cosas, ya ven que por alguna extraña razón no puedo evitar hacer mis posts insufriblemente largos. El caso es que me di cuenta que lo que tenía que decir es muy sencillo: uno no puede evitar ser como es y siempre termina volviendo a lo mismo. Esto tiene que ver con lo que alguna vez escribí sobre el mañana.
Verán, no soy una persona que acostumbre analizarse a si mismo: no me pongo a tratar de entender por que equis persona reacciona de ye manera ante zeta comportamiento diagonal reacción que yo tuve, rara vez me miro en el espejo (tema que tocaré en uno de tantos posts que alguna vez le prometí a, el nuevamente desaparecido, @elcrayon) o me fijo si tal o cual cosa se me ve bien o mal o hace que me vea gordo. Se puede decir que viví muchos años sin pelar ese tipo de cosas en ningún nivel hasta que, bueno, empecé a notar uno que otro error patrón detalle en el que podía mejorar, quizá no para obtener cierta cosa o reacción de parte de los demás sino simplemente para vivir más tranquilo o evitarme una que otra dificultad o episodio vergonzoso. Les estoy hablando de finales de la primaria.
Entonces vino la gran oportunidad de hacer un cambio radical y olvidarme para siempre de viejas riñas, gente odiosa y sobrenombres que le van poniendo a uno: el cambio de escuela. Por una serie de increíbles casualidades sucedió que pasé varios años cambiándome de escuela al terminar el ciclo escolar y con cada nuevo año venía una nueva y grandiosa oportunidad de renovarse y empezar con el pie derecho. Solo que... nunca pasó.
Creo que no es fácil volverse parlanchín de la noche a la mañana si se ha sido el niño autista del grupo toda la vida. No se puede ser bueno en el fútbol mágicamente si nunca has pateado un balón más que cuando te has visto obligado; cosas así. Y el patrón se repetía, se repite hasta la fecha y siempre termino siendo el mismo, ocupando (casi milimétricamente) el mismo lugar/rol/papel en el grupo de amistades/gente al que me integro. Antes pensaba que debía tratarse de una maldición.
Estoy seguro que es el eslogan de una película (y si no lo es, debería serlo) pero creo que es muy cierto que no puedes escapar de ti mismo.
Con el paso de los años he llegado a pensar que puede explicarse de manera muy simple y por una pluralidad de factores pero sobre todo por (como alguna vez le comentaba a @kwz y @todezombie) que cada quien tiene una psicología y forma de comportarse particular y para bien o para mal eso va ocasionando las mismas reacciones de la gente hacia nosotros y de nostros ante el entorno. Si tuviera que definir la palabra "destino" la cosa iría más o menos por ahí.