Feb 27, 2010

Afternoon coffee


Llegue un poco mas temprano de lo previsto y como era de esperarse el aun no había llegado; estaba haciendo bastante frío pero el temblor de mis piernas no se debía al frío si no al miedo de volver a ver esos ojos, me senté en una banca a esperarlo, saque un Malboro de mi bolso y lo encendí, pasaron poco mas de veinte minutos antes de que el por fin apareciera, se acerco a mi con su paso distraído y ligero, me saludo con un beso en la mejilla y comenzamos a caminar, no recuerdo de que hablamos, cosas sin sentido supongo, la escuela, las tareas, cualquier cosa, en momentos nos quedábamos callados, no diría que fueran silencios incomodos de hecho con el nunca me he sentido incomoda; el caminaba como siempre, con las manos metidas en los bolsillos de su sudadera y mirándose los pies, yo a veces volteaba a verlo y podía apreciar su perfil golpeado por la luz del sol de la tarde; me preguntaba
que cosas estaría pensando pero no me decía nada; volvíamos a tocar temas intrascendentes y de repente decíamos una que otra tontería que nos hacía reír, me gusta ver su sonrisa, es amplia y apacible, una sonrisa que me envuelve en una tranquilidad infinita, viéndolo así se me olvidan todos los problemas del mundo.
Caminamos largo rato hasta llegar a una cafetería, era una casa antigua de dos niveles, subimos hasta la azotea y nos sentamos en una mesa pequeña, para dos, estábamos frente a frente, podía apreciar sus rasgos, las arrugas que se le forman en el rostro cuando hace cualquier expresión, sus ojos marrones, su cabello oscuro y alborotado; de repente volvió el silencio, el comenzó a jugar con sus dedos como hace cada vez que no sabe que decir, de seguro ni siquiera se ha dado cuenta de eso; -¿van a ordenar algo?- dijo la mesera interrumpiendo el silencio
, el la miro de arriba abajo como suele hacer con todas las personas y debo decir que me hizo sentir algo incomoda aquel gesto, -un cappuccino, por favor- dije y el pidió un Americano Expresso, la mesera se marcho, -¿no vas a fumar?- me preguntó de repente, al principio no pude comprender la pregunta viniendo de sus labios, -¿para que quieres que fume?- le pregunte sorprendida, -por nada en especial- contestó; llego la mesera con las dos tazas de café y un cenicero, saque de mi bolso otro Malboro, me lo lleve a los labios y lo encendí, -fumo mas cuando estoy aburrida- le comente y el me contesto con una sonrisa –ya se que soy un tipo aburrido- me sonroje por la tontería que yo acaba de decir –tu no eres aburrido, si estuviera aburrida ya llevaría mas de cinco cigarros- le dije y no mentía, con el jamás me aburro de hecho me la paso muy bien a su lado; le dimos el primer sorbo al café, a mi no me supo tan mal pero por su cara supe que no le había gustado aun así se lo termino, seguimos charlando con la música de fondo, eran en su mayoría canciones tranquilas y melódicas, de repente se escucho Can't Take My Eyes Off You, como era de esperarse el ni se inmuto, pero yo sentí como se me hubieran partido en dos, cada frase de la canción me laceraba las entrañas y la melodía agitaba todo en mi interior pero no dije nada, hicimos cualquier comentario tonto sobre la canción y quedo olvidada al menos para el; pague la cuenta y nos retiramos de la cafetería.
Después del café caminamos un rato mas, fuimos a cenar y lo
acompañe a tomar el colectivo, le devolví unas cosas que le había quitado unas cuadras atrás, le di un beso en la mejilla y se marcho, yo también me fui.